El pasado jueves fue estrenada en Alemania la película venezolana "Desde Allá" (traducida en inglés como "From Afar" y en alemán como "Caracas, eine Liebe"), galardonada el año pasado con el León de Oro en el festival de cine de Venecia. Dirigida y escrita por Lorenzo Vigas, basada en una historia de Guillermo Arriaga (el guionista de Amores Perros, Babel, 21 Grams, etc., fiel colaborador del oscarizado Alejandro González Iñárritu), la película trata la relación entre Armando (interpretado de manera estoica por Alfredo Castro), un técnico dental de mediana edad, y Elder (Luis Silva, en su primer rol cinematográfico), un delincuente juvenil.
Largos close-ups de Armando a través de sus recorridos por las calles de Caracas caracterizan a la dirección de Vigas, mientras la ciudad se distorsiona en un segundo plano. Por lo tanto la ciudad no es protagonista y pese a un par de sitios que son fácil de reconocer por cualquier caraqueño, la mayoría de los sitios donde la película se desenvuelve son genéricos, no lugares. Sin embargo, la realidad contemporánea de Caracas (delincuencia, sicariato) sí es motor de la dinámica entre los personajes y se convierte en el contexto que enmarca a la película y sin el cual no puede ser entendida. La prostitución masculina, la aceptación de la homosexualidad en la sociedad en general, son todos temas importantes en la Venezuela de hoy en día. Lástima que dichos temas han perdido prioridad ante la emergencia económica y crisis humanitaria que se vive en el país sudamericano.
Si no has visto la película y no quieres descubrir elementos importantes de la trama, mejor no sigas leyendo.
Armando busca jóvenes para satisfacer sus necesidades sexuales a cambio de dinero. Con rostro indescifrable los persigue en la calle, a veces mostrando un paquete de billetes para indicar que quiere negociar algo. Elder, atraído por el dinero, responde a su llamado. Su primer encuentro no transcurre como es convenido y Armando resulta herido. El joven escapa pero pronto él pasa a ser la víctima de la violencia y es rescatado por Armando. La relación entre ambos florece y Elder empieza a sentirse a gusto en la compañía de su nuevo protector, aunque Armando lo mantiene a distancia. Comiezan a compartir aspectos personales de sus vidas. Elder decide (¿por amor? ¿por agradecimiento) cometer un crimen para hacer feliz a Armando: matar a su padre. Al día siguiente, Armando hace una llamada telefónica y entrega a Elder a la policía.
La primera reacción del espectador es la sensación de haber sido manipulado tal y como Elder lo ha sido. El personaje educado, de clase media, se convierte en el villano de la película. Pareciera un giro de la trama. Sin embargo, la historia nos ha ido preparando. Armando es, desde el principio, un depredador sexual. A pesar de ser víctima de la violencia de Elder, Armando no pierde el control de la situación jamás. Para él, ese primer encuentro desafortunado es sólo un obstáculo que puede ser superado. Es él quien busca a Elder como un tigre caza a su presa. Es él quien también caza a su padre, a través de pasillos y ascensores, impotente, pues sabe que no puede personalmente cometer el crimen. Inicialmente Elder parece controlar la relación entre ambos, dependiente exclusivamente del dinero, pero poco a poco su conducta pasa a ser la de un joven enamorado. Cuando Elder regresa de haber asesinado al padre de Armando, esta vez Armando no le paga con dinero, sino con sexo, finalmente consuman su relación, otorgando el cariño que Elder tanto busca. El joven se convierte en juguete de su deseo, no sólo sexual sino de venganza.
Un aspecto poco creíble de la película es la velocidad con la cual los policías aparecen en la escena final tras la llamada de Armando. Eso jamás ocurriría en Caracas. Recientemente Rodrigo Blanco Calderón en su novela "The Night" comenta la imposibilidad de escribir una novela policial en Venezuela, pues la inmensa impunidad impide lo que es fundamental en el género: que el culpable sea capturado. Pero el verdadero culpable intelectual del crimen es Armando y nunca sabremos, pues la película no lo muestra, si él será capturado o no. En cualquier otro país tendríamos la certeza que Armando no tardaría también en caer preso, pero en Venezuela todo es posible. Sin embargo ese no es el tema de la película.
"Desde Allá" es una oportunidad de escuchar el acento venezolano en los cines alemanes. ¡Se las recomiendo!
Largos close-ups de Armando a través de sus recorridos por las calles de Caracas caracterizan a la dirección de Vigas, mientras la ciudad se distorsiona en un segundo plano. Por lo tanto la ciudad no es protagonista y pese a un par de sitios que son fácil de reconocer por cualquier caraqueño, la mayoría de los sitios donde la película se desenvuelve son genéricos, no lugares. Sin embargo, la realidad contemporánea de Caracas (delincuencia, sicariato) sí es motor de la dinámica entre los personajes y se convierte en el contexto que enmarca a la película y sin el cual no puede ser entendida. La prostitución masculina, la aceptación de la homosexualidad en la sociedad en general, son todos temas importantes en la Venezuela de hoy en día. Lástima que dichos temas han perdido prioridad ante la emergencia económica y crisis humanitaria que se vive en el país sudamericano.
Si no has visto la película y no quieres descubrir elementos importantes de la trama, mejor no sigas leyendo.
Armando busca jóvenes para satisfacer sus necesidades sexuales a cambio de dinero. Con rostro indescifrable los persigue en la calle, a veces mostrando un paquete de billetes para indicar que quiere negociar algo. Elder, atraído por el dinero, responde a su llamado. Su primer encuentro no transcurre como es convenido y Armando resulta herido. El joven escapa pero pronto él pasa a ser la víctima de la violencia y es rescatado por Armando. La relación entre ambos florece y Elder empieza a sentirse a gusto en la compañía de su nuevo protector, aunque Armando lo mantiene a distancia. Comiezan a compartir aspectos personales de sus vidas. Elder decide (¿por amor? ¿por agradecimiento) cometer un crimen para hacer feliz a Armando: matar a su padre. Al día siguiente, Armando hace una llamada telefónica y entrega a Elder a la policía.
La primera reacción del espectador es la sensación de haber sido manipulado tal y como Elder lo ha sido. El personaje educado, de clase media, se convierte en el villano de la película. Pareciera un giro de la trama. Sin embargo, la historia nos ha ido preparando. Armando es, desde el principio, un depredador sexual. A pesar de ser víctima de la violencia de Elder, Armando no pierde el control de la situación jamás. Para él, ese primer encuentro desafortunado es sólo un obstáculo que puede ser superado. Es él quien busca a Elder como un tigre caza a su presa. Es él quien también caza a su padre, a través de pasillos y ascensores, impotente, pues sabe que no puede personalmente cometer el crimen. Inicialmente Elder parece controlar la relación entre ambos, dependiente exclusivamente del dinero, pero poco a poco su conducta pasa a ser la de un joven enamorado. Cuando Elder regresa de haber asesinado al padre de Armando, esta vez Armando no le paga con dinero, sino con sexo, finalmente consuman su relación, otorgando el cariño que Elder tanto busca. El joven se convierte en juguete de su deseo, no sólo sexual sino de venganza.
Un aspecto poco creíble de la película es la velocidad con la cual los policías aparecen en la escena final tras la llamada de Armando. Eso jamás ocurriría en Caracas. Recientemente Rodrigo Blanco Calderón en su novela "The Night" comenta la imposibilidad de escribir una novela policial en Venezuela, pues la inmensa impunidad impide lo que es fundamental en el género: que el culpable sea capturado. Pero el verdadero culpable intelectual del crimen es Armando y nunca sabremos, pues la película no lo muestra, si él será capturado o no. En cualquier otro país tendríamos la certeza que Armando no tardaría también en caer preso, pero en Venezuela todo es posible. Sin embargo ese no es el tema de la película.
"Desde Allá" es una oportunidad de escuchar el acento venezolano en los cines alemanes. ¡Se las recomiendo!
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